> Programa Hitchcock, Lacan y el síntoma cinematográfico | Circo 2.12

Programa Hitchcock, Lacan y el síntoma cinematográfico

Programa

Primer bloque

El trauma de la voz y las muecas de lo Real

Sesión inaugural

¿Puedes hablar, Chaplin? De separaciones y segregaciones

En Luces de la ciudad, Charlot, el mítico vagabundo, nos ayudará a elucidar el trauma desatado por la voz que cambiará toda la economía del deseo y hará añicos la identificación simbólica del sujeto con el objeto. Aquí analizaremos lo que Lacan llamó en sus Cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis la “separación. Veremos también que con la introducción de la voz, el filme de Chaplin se transforma en un producto particularmente hitchcockiano.

 Sesión 2

Rostros amorfos y silencios hipnóticos

¿Dónde está el horror de un rostro? ¿En lo que deja ver o en lo que esconde? Los pájaros, de Hitchcock, El hombre elefante, de David Lynch nos llevarán a la reflexión de la deformidad en la mirada anamórfica que acaba por distorsionar la realidad. A través de las grabaciones de los Seminarios de Lacan, seremos testigos del silencio incómodo (porque dice demasiado) prácticado por él mismo y de la mirada pausada y la palabra ahogada porque no quiere proferir sonido alguno.

 

Segundo bloque

Ficciones de la pugna entre imaginación y realidad

Sesión 1

Insana y patológica realidad

El amor fetichista y el deseo de lo Real-imposible aparecen magistralmente en escenas de Vértigo, de Hitchcock. La mujer deseada o, más corto, “la mujer” es siempre lo ausente, la trágica distancia entre el símbolo y la “Cosa”. En esta sesión tocaremos el tema de lo simbólico que necesariamente alimenta a la realidad. Kubrick y 2001: Odisea del espacio nos proporcionarán el material visual para pensar los hechos que frustran el deseo porque lo anticipan.

Sesión 2

¿Fascinados por el sacrificio? Entonces el gran Otro no existe

Las dimensiones símbólicas e imaginarias del encuentro con el Otro mantienen la despiadada sentencia “la carta siempre llega a su destino”. La carta de una enamorada, de Max Ophuls, nos ejemplificará la dualidad tensa de las pulsiones de vida y muerte freudianas y el plus de goce que nos da el sacrificio y la renuncia.

Tercer bloque

El obscuro objeto de la posmodernidad: entre goces y falofanías

 

Sesión 1

El sexo y nuestra relación posmoderna con la Cosa

El núcleo de lo Real en la posmodernidad es la totalidad “falsa” que en el modernismo era, justamente, lo subversivo. En la época posmoderna, el sexo, como resultado de las prácticas discursivas de la sexualidad, se concentrará en la llamada “Cosa traumática” que tiene como particularidad su resistencia a la simbolización. Con la escena del hotel que inaugura Psicosis, comenzaremos el travelling que inicia en el “sexo modernista” y corta en el “sexo posmoderno” de La piel que habito, de Almodóvar y de otros más.

 

Sesión de clausura

La Cosa postmoderna, la muerte del sujeto y el porno soft

“Las cosas me miran”, ¿visión o mirada? El objeto-mirada, que implica la armonía entre el relato amoroso y el “no mostrar todo”, da paso al perverso sujeto espectador de la pornografía donde las cosas ya no prometen nada por develar (las cosas ya no nos miran). Escenas de I confess, de Hictcock, se opondrán a escenas de Shame, de Steve McQueen, y su perverso espectador de porno, un filme que bien podríamos ubicar en el porno soft.